jueves, 1 de junio de 2023

Un resumen crítico sobre Antonim Artaud


 


 

    En el artículo Antonim Artaud y el derecho a ser escrito por Eduardo de la Fuente Rocha, se narra una síntesis de la vida de Antonim Artaud y se puede a llegar a ciertas y puntuales conclusiones sobre su teatralidad por medio de los diferentes autores que Eduardo de la Fuente Rocha cita a lo largo del artículo. Según el autor, Artaud, personaje marginado y con alteraciones mentales en una Francia conservadora, dio sentido a sus imágenes internas crueles y amenazantes por medio del arte. El dramaturgo representa su mundo psíquico interno por medio de su obra y de esa manera se siente liberado.

    Artaud nació en Marsella, de padres franceses con ascendencia griega, tuvo una niñez bastante difícil de sobrellevar desde que a los cinco años de edad padece meningitis y a los nueve años pierde a su hermana Germaine. Luego de ello perdió a cuatro hermanos más y esto afianzó su miedo, confusión e incertidumbre. Su paso por diferentes instituciones en las que fue internado para sanar sus males mentales hicieron que cada día repela más al mundo porque afirmaba que la crueldad era la hipocresía de un sistema social e institucional que engañaba al individuo haciéndoles creer que aceptaba al ser humano como es. El manifiesto de Antonim Artaud está básicamente entrelazado en dos discursos.




AMOR



CRUELDAD



El de la vida que permite a cada individuo buscar su libertad.




 



El de la sociedad que trata de ocultar los actos crueles que enmascaran bajo la bandera de progreso, salud, justicia y vida.










    La teatralidad de Artadud representa y lleva al espectador a tocar la crueldad de no “poder ser” uno mismo. Para Artaud, existir es naturalmente cruel mientras no podamos ser nosotros mismos. Su obra refleja el sentimiento de haberse quedado en la representación “cosa”, ese objeto carente de afecto que siempre se siente amenazado por la muerte. Esto se vuelve irónico porque las cosas u objetos nunca mueren, y es esto justamente lo que buscaba Artaud: ser y trascender, por eso se manifestó de manera tan teórica por tantos años, sin haber ejercido mucho sus ideas en el escenario. Como actor, Antonim participó en varias puestas hasta llegar a tener papeles cinematográficos “insignificantes”, como él mismo los llamaba. Pero su obra cumbre por la que fue considerado como símbolo del teatro emergente e importante representante del movimiento surrealista fue El vientre quemado o la madre loca (1927). Esta obra teatral es de corte minimalista y solo contaba con la presencia de un rey sentado en una silla que cantaba cánticos perturbadores y difícil de ser entendidos por la audiencia. No contaba con texto alguno y termina con la muerte del único personaje en escena, siendo asesinado por una luz violeta que arrasaba con su cuerpo. Se dice que en la obra Artaud expresa la crueldad de una madre que mata a su hijo desde el vientre y este tiene la desdicha de nacer muerto en vida. Muerto en una sociedad que no lo acepta como él es. Al concluir la puesta, el actor se pone de pie y esto simboliza el renacer del individuo.

    En 1932 escribió Teatro de la crueldad, manifiesto donde defendía ante todo la crueldad en la existencia como una manifestación de amor a la vida. Dicho manifiesto fue desaprobado por el público. Es por eso que en distintos momentos de su vida Artaud quiso huir del entorno que lo atrapaba por no sentirse aceptado, no solo por ser como era, sino por no sentir que su teatralidad era considerada como a él le hubiese gustado que sea. El genio sentía que dentro de la crueldad de la vida no estaba en el lugar que él merecía. Cuando viajó a México con la tribu de los tahumaras sintió la libertad entre el primitivismo de los naturales; y cuando regresó a Irlanda, luego del viaje a América, quiso aplicar esa libertad en su vida pero una vez más recayó en la locura y fue nuevamente instalado en un nosocomio. En 1947, Artaud ya era reconocido como el padre de la nueva escena teatral y llegó a obtener el reconocimiento que tanto anhelaba (reconocimiento que prácticamente él solo se dio).

    Concluyo, considerando a Artaud como el representante máximo del teatro de la crueldad hoy por hoy. Él solo quiso dejarnos la teoría de lo que quería para nuestra sociedad. Su voz era lo que él quería que todos sintiésemos y entendiésemos, su voz fue la de un llamado de atención. Podría afirmar que quiso revalorar a Alfred Jarry, a Vincent Van Gogh; pero en el proceso de manifestarse, siempre fue rechazado. Sin embargo, su teatro, su teatralidad misma, fue el mejor canal para combatir sus males y nos dejó un gran legado al instarnos a reconocer la crueldad social, por medio de sus puestas en escena.





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