Su decreto inviolable
Al final de esta copla porque
Persiguiendo instintos anduve
Aquella réproba noche.
Malditos sobre la piel
Manos sucias sobre la dignidad
Susurros indeseables
Risas de demonio
Mentes dementes
Locura inefable
Daño irreparable
Irracionalidad
Bestialidad
Demencia.
Buscando la equidad
Con alaridos desmedidos
Consumaron el daño moral
La absurda brutalidad
Los más bajos instintos
Animales.
Ella,
Dolor desde los tuétanos
Sensaciones inefables
Le duele el alma
Le duele la razón
Le duele el pensamiento.
Palomas del tejado
Miran el pañuelo
Perderse en el agua
Del muelle
En el muelle, en el
Que Incontables cartas de amor
Tenían el suave hedor a pecado
Y el abuso contra los pasos inocentes.
Traición a los principios
A la sagrada estirpe.
Dignidad.
No la toques
Su piel es el regazo de mi existencia
Su vida le pertenece a mi respirar
El motivo de mi arrepentimiento
Es el amor desconocido que en mí yacía
Déjala superar
La yarda que en sus tobillos aun mora
Correr hacia un futuro le impide
Los nodillos inflamados de tanto pensar
y esconder la verdad entre mis miembros,
que alguna vez vieron tocar tu inocencia,
Pedirte perdón quieren .
Remordimiento.
Secar esta herida con mis lágrimas
cocinar mis iniquidades contra tu recato.
Méritos benditos.
No la toquen más
Prefiero el calvario de Cristo
Que verla derramando agonías
en forma de furia.
Prefiero el averno
Si fuese posible que Dios
Al menos esto me deparare.
Los espantajos son leales
A las sucias calumnias
Y al aborto de sus sombras
Se rehúsan.
Persecución.
Empero, el dolor de su virgen útero
Acariciado con odio por los malnacidos
Engendros de un maldito clan,
Ella quiere volver a amar.
RENACIMIENTO
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