miércoles, 29 de julio de 2015

A mi PERÚ


Ah Yahuarpampa, tu batalla!
Si la sangre roja del Inca
no se hubiese derramado
cual manto sagrado
sobre el santo poderío Chanca.
¿Se hubiese llamado Incario
al divino poder de tu estirpe
apellidado PERÚ?

Patria bendita de tres inspiraciones
De totora ando en la Costa a caballo,
Con anacondas en la Selva vital,
Y en el Sierra chaccho mi coca
con mi piel de brujo en los andes
actúo, canto y me pongo a bailar.
Trío de musas provocadoras,
tierra de héroes de mi patria y el mar.

Mi excelso PERÚ,
tus ídolos te dieron canto.
De la Torre Ugarte dio letra a tu corazón,
somo libres, cantó Merino
y las rosas libertadas San Martín designó.
¡Somos libres! Gritaron los pueblos;
y la Patria fue libre a esa voz,
como el Orbe salió de la Nada
a una sola voz palabra de Dios.

Los indios majestuosos ancestros,
los mestizos cuyo espíritu se reveló,
los negros que libertad a Castilla demandaron
los criollos que su intelectualidad priorizó,
y los chinos que el grano bregaron ,
De estos nacimos nosotros,
a los primeros España violó.
Más las insensatas cadenas
el peruano oprimido arrancó.

Mi país no es solo poesía;
es el verso puesto en gesta,
la señora Marinera danza en las orillas,
las tijeras lo hacen cortando la opresión,
en la danza de una sagrada familia
que su Huaylas en la espalda carga el dolor.
El Amazonas su fauna vigila
y su pasado trasciende en el corazón.

PERÚ,
 nación de soldados
el pundonor ha hinchado nuestros pechos
de tan mozos deportistas que cubrieron
nuestra esperanza con su sangre bicolor.
Las dádivas del guerrero con la redonda
y los chasquis en la panamericana competición,
nos recuerdan a nuestros viejos héroes
que el rostro se pintaron por nuestra nación.

Con este poema mis hermanos
expreso un poco de lo que somos.
Con estas coplas hermanos
busco engrandecer el corazón
para que Ugarte se sienta orgulloso
que del morro nos volvimos a lanzar
para que Grau sonría desde el cielo
porque el Huascar volvimos a comandar
para que Olaya desde el mar de vidrio
contra corriente nos vea nadar.

Ciento noventa y cuatro suspiros peruanos
me dejan sin aliento en este día.
porque tengo el orgullo de ser peruana
y soy feliz.
Gracias eternas por haber nacido
en esta rica nación
doy al Dios de Abraham, de Isaac,
de Jacob, al Dios peruano de los
ciento cuarenta y cuatro mil.

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"Ya no puedo darte el corazón. Iré donde quieran mis botas."

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