Es muy poco tiempo,
Se me ha hecho necesario el siglo
Porque aún no he cambiado de piel.
El trance de la espera
Continúa causándome dolor hasta el tuétano
Y el desesperado gesto de expectación
Que en mi rostro trasluce mi angustia
Ha desmejorado mi temple,
Incluyendo mis venas.
Mi útero ha expectorado mi motivo
Y voyme haciéndome grande
Porque repudio la idea mediocre
De quedar en el olvido,
De dejar huella de lo insondable,
De olvidar las migajas, tirar
Para que más tarde lloren en mi tumba
Mencionándome en alguna clase maestra
Leyendo mis libros tan miserables.
Fracaso,
Me conversa por las noches vespertinas.
Lo he comenzado a considerar,
Enemigo de mi raza.
Porque en esta metamorfosis mía
Está terminantemente prohibido
Escapar del campo de concentración.
El éxodo de mi estado prolijo
podría ser mortal
No hay comentarios.:
Publicar un comentario